Revelan que presión de EE.UU obligó al Gobierno de RD a votar contra nuevo mandato de Nicolas Maduro

Santo Domingo. – Los problemas que tiene el presidente Trump en el orden interno y externo con el gobierno parcialmente cerrado, no le permitirían estropear las relaciones con la República Dominicana y otros países al ser excluidos del tratado de libre comercio DR-CAFTA.

Tan serios son los problemas, algunos artificiales como el que la inmigración de centroamericanos hacia la frontera sur de su país motiva una declaratoria de emergencia nacional, en lo cual se ha concentrado con críticas de su oposición unida.


El artículo reciente al parecer mandado a publicar en The Miami Herald, el diario conservador de la ciudad floridana, aparentó una labor de zapa más que nada dirigida a forzar que la República Dominicana votara contra el reconocimiento del presidente Maduro.

Lo que sugirió el artículo es que Estados Unidos tiene en planes excluir de dicho tratado a Nicaragua, El Salvador y la RD. Ninguno de los otros países puso atención a la publicación y el presidente salvadoreño, Sánchez Cerén asistió a la inauguración.

Aunque la RD siempre ha votado con la mayoría en los organismos internacionales, para Estados Unidos era importante que se desmarcara de esa tradición y se sumara al Grupo de Lima que ha planteado el desconocimiento del régimen venezolano.

Se dice que la diplomacia dominicana había aconsejado la abstención como en una anterior votación sobre el fastidioso tema y que la presión norteamericana a última hora hizo cambiar ese voto. Lo mismo pasó con Haití, cuyo presidente, MoÔse, iría a la juramentación.

El trago ha sido amargo para la parte dominicana por cuanto tiene vigente su asociación con Venezuela en el manejo de la Refinería Dominicana de Petróleo, que comparte en 51%-49% con la parte dominicana sin que se sepa cuál solución se dará al negocio.

Las cosas van bien

Para evitar la propagación de informes anónimos como el publicado por el diario miamense, el ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, afirmó el pasado jueves que “las relaciones entre los gobiernos de República Dominicana y Estados Unidos están en un excelente momento”.

Recordó que EEUU, es el principal socio comercial, constituyéndose en la actualidad en uno de los actores internacionales que mayor aporte hace a la economía local a través de la inversión, las remesas y el turismo.

Para materializar su postura contra el régimen de Maduro de acuerdo a las estipulaciones de la mayoría de los estados miembros de la OEA, la RD tendría que degradar su representación en Caracas, dejando al personal esencial y al encargado del Consulado.

Eso haría que, por primera vez en tiempos modernos, el país y Venezuela se encuentren en un nivel de relaciones deprimidas, justamente lo que busca Estados Unidos que de una forma u otra ha reclamado a veces la salida de Maduro y otras la democratización del país.

La posición del presidente Trump podría considerarse de doble moral al reclamar a los países de la región una actitud de enfrentamiento con el gobierno de Venezuela y al mismo tiempo mantener los multimillonarios negocios petroleros en boga con el país sudamericano.

Trump, como se ha dicho en análisis anteriores, tiene los juegos muy pesados y modales poco diplomáticos como lo ha demostrado en sus tratos con China, Rusia y últimamente con Turquía a propósito de su propuesta de retiro de las tropas en Siria.

Si ha tenido un trato de irrespeto a esos países, qué no podría hacer el gobernante norteamericano con las pequeñas naciones de la región caribeña, tradicionalmente complacientes con las políticas de los Estados Unidos y pendientes de qué quiere o diría ese país.

Las cosas van bien para el régimen de Medina. Está agarrado de las cifras del Banco Central, que son avaladas por el Fondo Monetario Internacional, FMI, según las cuales la economía creció sobre el 6% el año pasado con baja inflación y aumento de los negocios.

Las encuestas de opinión ayudan al presidente Medina. Ayer se publicó la de Newlink que le da al político gobernante la mayor simpatía, un 23.4% en diciembre y un 25.2% en la primera semana de enero. El opositor Luis Abinader obtiene un 21.8%.

Los apuros del muro

Los apuros que pasa el gobierno norteamericano no son pequeños. Trump pudo haber cometido un error al atribuirse la decisión de cerrar parcialmente el gobierno, en la reunión que sostuvo con la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el de la minoría senatorial, Chuk Schumer.

En la última reunión el jueves entre ellos y ante la firma negativa de los demócratas de autorizar fondos para la construcción del muro en la frontera con México, el presidente preguntó: ¿qué va a ocurrir en 30 días si rápidamente desbloqueo la situación?, ¿van a aprobar la seguridad fronteriza? La señora Pelosi dijo: “No”.

El gobernante se paró de su poltrona y dijo que “nada más funciona, bye bye”, una forma casi de echarlos de la residencia. Al día siguiente el gobernante insistió en su amenaza de declarar una emergencia nacional para lo cual trabaja un equipo de abogados de la Casa Blanca.

En una visita a la frontera sur donde se construye el muro, Trump oyó explicaciones del grupo de ingenieros y de oficiales militares que trabajan en el proyecto, y al término de la reunión pareció más convencido que nunca de que el muro es un tema de seguridad. Se trata de una obra de 5.7 millones de dólares.

Las encuestas no ayudan ahora al presidente tras cerrar parcialmente el gobierno, lo que ha dejado hasta 800,000 personas afectadas de una forma u otra porque no recibirán sus cheques y donaciones. El diario Político dijo el jueves que más de un 60% rechazaba la política. En encuestas llevadas a cabo en el 2015, una mayoría de los norteamericanos aprobaba la construcción del muro creyendo la prédica de que la inmigración constituía un problema serio. En 2016 la opinión varió y la mayoría rechazaba el plan presidencial.

Los críticos y los miles de norteamericanos que no están recibiendo sus pagos dicen que el presidente ha olvidado otras crisis más importantes como las derivadas por los huracanes en Florida, Texas, Puerto Rico y los incendios en California.

También los críticos descalifican la versión del presidente de que la mayoría de la droga que ingresa a Estados Unidos es por la frontera con México, cuando las estadísticas oficiales señalan que es por los puertos norteamericanos desde Sudamérica y el Caribe.

Pese al serio problema del muro y a la posible declaratoria de emergencia nacional, Trump disfruta de que EEUU tiene un crecimiento en el empleo durante el último año, un alza moderada en el Producto Interno Bruto, disminución de la inflación y mejoría en las compras minoristas.



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